jueves, 20 de febrero de 2014

Que ser el ‘recomendado’ no arruine sus primeros días de trabajo.

Acceder a un empleo por referencias es una oportunidad profesional para un trabajador siempre y cuando deje clara su independencia para desempeñar el puesto.

Los padrinos laborales han existido siempre y, que se convierta en una lacra, depende del ‘recomendado’, “se le ha de reconocer por sus valiosas contribuciones, no por cómo ha llegado”.


Por méritos propios

Las buenas referencias son el acceso a un empleo que de otra manera sería difícil conseguir. Es un medio de reclutamiento que sirve de primer filtro para la selección y, además demuestra un orgullo de pertenencia que las empresas bonifican si el recomendado finalmente es contratado.
Sin embargo, este acceso no está exento de dificultades. El primer día de trabajo en cualquier empresa es la prueba de fuego, y más en el caso de ser apadrinado. El empleado deber realizar un diagnóstico diferencial y poner en valor su conocimiento y experiencia, es decir, lo que él aporta a la organización, a su jefe directo y al resto del equipo con el que trabaja.

Esta actitud será clave para crear masa crítica y estados de opinión favorables a su desempeño profesional y personal, más allá de cómo accedió a su actual posición. El padrino debe desaparecer de la ecuación en cuanto su recomendado entra en la empresa, de lo contrario dificultará un buena integración y la opción de ser señalado por los demás por lo que es y aporta y no por ser "el recomendado de".

Crear relaciones fuertes

Uno de los peligros a los que se expone el que ha accedido a un trabajo apadrinado es que la buena o mala fama de su mentor le arrastre.

Por eso, para evitar que el profesional caiga en desgracia es recomendable que no le relacionen con personas específicas. Ha de gestionar su carrera dentro y fuera de su equipo directo.



Fuente: Diario Gestión

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