La
labor del personal de servicio de hoteles y restaurantes es poco convencional,
ya que exige cierta buena predisposición para asumir las funciones en horarios a
los que por lo general no estamos acostumbrados. Y es que, a pesar de contar
con la pasión por nuestra profesión, el saber que en ocasiones y fechas
especiales la mayoría de personas estarán festejando y celebrando puede generar
un sentimiento de tristeza y con ello un
poco de desazón. Sobre todo cuando
nuestros deberes nos privan de asistir a determinados eventos sociales, llámese
matrimonios, cumpleaños, aniversarios y despedidas. E incluso aunque procuremos
llegar con horas de retraso, lo más probable es que solo lleguemos a saludar a
los pocos que todavía quedaban celebrando.
Por
ello es muy importante tener las cosas claras si se decide optar por trabajar
en el sector de la restauración y hospitalidad; no nos convertimos en esclavos
de los horarios, solo hacemos aquello para lo que realmente somos buenos,
sabiendo que con el tiempo las recompensas llegaran, ya que además de los
sueldos y propinas, nuestro carácter se forma. Nos volvemos más responsables y
maduros, y lo segundo es lo realmente difícil de conseguir.
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