Como mesero, dependes de las propinas para pagar tus
cuentas. No hay lugar para el mal humor o una actitud perezosa en la industria
de la hospitalidad, ya que estas cualidades te ayudarán a obtener propinas de
sólo el 10 por ciento o menos. Si procuras proveer el mejor servicio que
puedes, maximizarás tu potencial de obtener propinas más altas.
Sonríe a todos y sé amable. A los clientes les gusta sentir que su mesero tiene buena disposición a servir. Las sonrisas son contagiosas, poniendo a tus clientes de buen humor, lo cual incrementará tus propinas.
Aparece de un modo alegre al recibir a tus clientes. Si suenas aburrido o como que odias tu trabajo, es probable que no te dejen mucha propina. Haz que tus clientes sepan que vas a cuidar de sus necesidades.
Conoce el menú, especialmente si trabajas en restaurantes finos. La gente a veces te preguntará por el sabor de determinados platos o qué es lo que les recomiendas, así que prepárate para contestar a estas preguntas. También necesitas saber qué ingredientes contiene cada plato, porque hay personas que tienen alergias a determinados alimentos.
Lleva las bebidas de inmediato. Toma la orden de las bebidas, ve por ellas y regresa un poco después para darle a tus clientes la oportunidad de mirar el menú por unos minutos. Lleva también cualquier complemento que tu restaurante sirva, como pan o papas fritas.
Sirve los diferentes platos en el orden correcto. Si un cliente ordena un aperitivo, eso debe venir primero. El espacio de tiempo apropiado entre cada plato hará que el cliente se sienta más cómodo, mientras que apurarlo reducirá tu propina. Si es necesario, espera a enviar la orden del plato principal a la cocina, para permitir el tiempo adecuado.
Comprueba que esté todo bien pero sin ser fastidioso. Después de servir, vuelve a los cinco minutos a ver si todo está correctamente cocido, y si necesitan algo más, como condimentos. Mantente cerca para poder ver si empiezan a mirar a su alrededor como si necesitaran algo. Siempre rellena las bebidas en cuanto empiezan a vaciarse los vasos.
Pregunta a tus clientes si desean algún postre cuando hayan terminado con su comida. En muchos casos, los clientes no ordenarán postre salvo que se les pregunte directamente. El precio de los postres se sumará a la cuenta y hará que tu propina aumente. Si dicen que no, ofréceles ponerlo en una caja para que puedan llevárselo pero no insistas.
Levanta cada plato a medida que van terminando con cada etapa. Hacer esto permitirá que tus clientes tengan más espacio, lo cual los hará sentirse a gusto. Tener demasiados platos sobre la mesa hará que parezca desordenada, lo cual no será del agrado de los clientes.
Ofrece cajas para llevar cuando alguien ha dejado comida en su plato. A veces, la gente está dispuesta a pagar los altos precios de comer fuera, asumiendo que tendrán sobras para el almuerzo al día siguiente.
Trata de no limpiar muy cerca de donde están tus clientes. Si bien puede que tengas que limpiar tu sección antes de poder terminar tu turno, no lo hagas a expensas de tu propina.
Consejos
- Solicita ayuda cuando la necesites. Los otros meseros probablemente no tendrán problema en ayudarte a servir comida o rellenar bebidas.
- Lleva la cuenta al traer el plato principal si estás trabajando en el turno del almuerzo. La gente en la hora del almuerzo tiene el tiempo limitado y no puede esperar mucho tiempo a que lleves la cuenta.
- Despide amablemente al cliente, porque es posible que regrese y quiera que seas tú quien lo atienda, así tu propina se asegura.
- Pregunta en cocina que platos del menú se agotaron, para que así puedas sugerir otros platos; esto suele pasar y es muy vergonzoso regresar a la mesa y avisar al cliente que el plato que pidió no hay.
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